Nota proviene de: Tiempo La Noticia Digital
María Teresa es originaria de Bacaboche, un rancho muy cercano a Creel, en la Sierra Tarahumara, desde los 11 años vive en la ciudad de Chihuahua, de muy pequeña le llamó la atención la horticultura, gusto que comparte con su papá que es nogalero y su hermano que es administrador agrotecnológico. Su tesis, explica es simple: “Se siembran semillas de crisantemos y cempasúchil en humedales, los cuales reciben el agua gris (regadera, lavadora, trastes) en goteo durante todo el día, esa agua se filtra en la tierra de las plantas y sale limpia, lo que permite sea utilizada en otras actividades como regar plantas, lavar el carro o hacer la misma limpieza, solo no es apta para beber o preparar alimentos”.
Además, continúa María Teresa, se puede adornar la casa con flores y con un sistema práctico que permite contribuir al medio ambiente, ahorrar dinero en el hogar y tener una actividad en familia sobre el cuidado y responsabilidad del uso de los recursos naturales. “Nos gustaría enseñarle a la población este proceso, así se puede aprovechar el líquido, esta idea no es tanto venderla, sino llevarla a la gente y ayudar”, explicó la investigadora quien cuenta con la asesoría y acompañamiento de la Mtra. Angela Yumil Romero y la Dra. Cecilia Valles.
Ramírez Vega, también se desempeña como artesana y multiplicadora de esta tradición ancestral que heredó de su mamá y abuelas, en el asentamiento “El Oasis” los martes y jueves con clases a niños y niñas de entre 7 y 12 años de edad; juega basquetbol los fines de semana en torneos que se organizan en la deportiva con grupos originarios, en su equipo “Sewá”. Recientemente participó en el desfile de modas de diseño rarámuri,y guarojío “Bikya Sewá”, con diseños hechos por su mamá Bertha Vega Cruz, los cuales portó orgullosa María Teresa en la Casa Chihuahua. Dentro de sus planes, se encuentra especializarse en alguna maestría de su rama y seguir impartiendo clases a jóvenes rarámuris que radiquen en Chihuahua capital.